El domingo vuelven las elecciones, y a pesar del desapego con que siempre se viven las europeas, no es menos cierto que del resultado depende el futuro de Europa, y que nuestra sociedad, nacional, regional y local, a nivel legislativo y económico depende cada vez más de las decisiones que allí se toman.
Con todo lo lejano que se ve Bruselas, en los años que han pasado desde nuestra incorporación a la la Comunidad Europea, sólo hemos recibido beneficios políticos, derechos cívicos y recursos económicos. España ha pasado de un país, como solía decirse "en vías de desarrollo" a un país plenamente desarrollado y homologable al resto de Europa, con todos los "peros" que queramos ponerle, que los hay.
Bajando a lo local, sin Europa en Villacarrillo no se habría producido la transformación y el milagro económico desde el año 1985, y seguiríamos siendo una sociedad y una economía más cercana a Marruecos que a Francia. Desentenderse de estas elecciones es un gran error, pues en los próximos años se van a tomar decisiones trascendentes que van a marcar, por lo pronto la economía de Villacarrillo.
Y ahora nos toca decidir que modelo queremos para la Europa de los próximos años y quienes tienen que pilotarlo.
Fuera del ruido mediático, de los eslóganes de campaña, de las simplificaciones, de los mítines, de los mensajes de campaña, hay que mirar a Europa. Aquí no decidimos el apoyar o rechazar a Zapatero o Rajoy, ni absolver o condenar a Camps, ni cambiar de gobierno, ni de coches o aviones oficiales, todo eso es ruido.
La salida de la crisis exije medidas de uno o de otro signo, y basta un ejemplo, hace unos meses la derecha pretendió implantar en toda Europa la jornada laboral de 65 horas semanales, lo que afortunadamente no prosperó. En Europa se va a decidir la nueva PAC (Política Agraria Común) que va definir el futuro del olivar. En Europa se decide si la situación exige recortes sociales y reducir la inversión pública. De Europa vienen los fondos para la autovia o los fondos para el desarrollo que tanto dinero han dejado en estas tierras.
En mi opinión la crisis la han provocado políticas ultraliberales, la codicia, la falta de control sobre los mercados financieros amparada por un modelo económico de derechas que hay que cambiar.
Y ahora depende de cada ciudadano elegir si estas decisiones las tomará un parlamento de derechas como el PP, o uno con la participación del Partido Socialista.
Todo ciudadano, piense lo que piense y vote lo que vote, lo hará por una Europa fuerte económica y políticamente.
sábado, 30 de mayo de 2009
miércoles, 27 de mayo de 2009
Aparcamiento bajo el Paseo
Ahora que la obra del Paseo avanza a buena velocidad, es conveniente razonar el porqué de una decisión importante que hubo que tomar. Porque lo mismo que se le explican al ciudadano las cosas que se hacen, hay que explicarle las que no.
Hace unos años, gobernando Teresa Vega, y cuando se discutían los proyectos de reforma de este Paseo, se planteó seriamente la opción de aprovechar la obra para construir un aparcamiento en el subsuelo. Se hicieron estudios técnicos y cálculos de coste como base para discutir sobre datos y no sobre impresiones o suposiciones.
En aquel momento las opiniones del equipo de gobierno a favor y en contra estuvieron muy igualadas, y existieron posibilidades ciertas de haber abordado el proyecto.
Como en casi todos los asuntos que tratamos el equipo de gobierno de este Ayuntamiento, se expusieron los razonamientos "pro-parking" y "anti-parking" con la máxima habitual de que fuese cual fuese la decisión todos actuaríamos como uno sólo.
A favor había poderosas razones: que era el momento oportuno aprovechando la reforma del espacio lo que ahorraría costes, y sería casi imposible ejecutarlo posteriormente con esa reforma y ese gasto ejecutados recientemente; que crearía plazas de aparcamiento en una zona crecientemente comercial, absorbiendo la eliminación de aparcamientos por peatonalización, garantizando la oferta durante muchos años; que crearía puestos de trabajo, pues sólo se barajaba la posibilidad de pago por uso, lo que demandaba una gestión municipal o concesión administrativa; que optimizaba el espacio al aprovechar el mismo solar para Paseo y parking.
Sin quitar razón a estos argumentos, estábamos quienes opinábamos que pesaban más los contrarios: el económico: el coste se elevaba a varios cientos de millones de pesetas que de algún sitio había que sacar (de los bolsillos de los ciudadanos) para no recuperar la inversión jamás, dadas las cifras de negocio que se pueden mover en Villacarrillo, la experiencia nos enseña que ya ha cerrado el de Alcalá la Real, población con más movimiento económico y costumbre de pago por uso, el de Cazorla con graves problemas, y algún otro en la misma linea, mucho dinero para tan alto riesgo; y un dato añadido, ya tenemos en la zona una oferta de zona azul, siempre más barata que un parking, que está lejos de saturarse; en Villacarrillo hay muy poca costumbre de pagar por usar, además de que el Ayuntamiento ya tiene abierto un parking bajo el Mercado que no se usa ni siquiera de forma gratuita; existe la posibilidad cierta de aparcar gratis en zonas cercanas, hablamos de sólo 100 metros, como Gustavo Adolfo Bécquer, Gómez de Llano, Mingo Priego o el mismo perímetro de Paseo; y un último argumento, el de la opinión pública: la obra requeriría dos años de ejecución y demoler el Paseo en su totalidad, lo que generaría una fuerte corriente desfavorable al proyecto, en mi opinión totalmente mayoritaria, y a la destrucción (aunque con reconstrucción) de un patrimonio histórico y emocional
Resumiendo, con el pueblo en contra, un coste económico muy alto y a fondo perdido, y la existencia de una oferta razonable de aparcamiento, se deshizo el equilibrio y se decidió abandonar el proyecto y poner la vista en otras prioridades municipales.
Aún así, sigue habiendo gente que opina que habría sido un proyecto necesario. Y están en su derecho.
Hace unos años, gobernando Teresa Vega, y cuando se discutían los proyectos de reforma de este Paseo, se planteó seriamente la opción de aprovechar la obra para construir un aparcamiento en el subsuelo. Se hicieron estudios técnicos y cálculos de coste como base para discutir sobre datos y no sobre impresiones o suposiciones.
En aquel momento las opiniones del equipo de gobierno a favor y en contra estuvieron muy igualadas, y existieron posibilidades ciertas de haber abordado el proyecto.
Como en casi todos los asuntos que tratamos el equipo de gobierno de este Ayuntamiento, se expusieron los razonamientos "pro-parking" y "anti-parking" con la máxima habitual de que fuese cual fuese la decisión todos actuaríamos como uno sólo.
A favor había poderosas razones: que era el momento oportuno aprovechando la reforma del espacio lo que ahorraría costes, y sería casi imposible ejecutarlo posteriormente con esa reforma y ese gasto ejecutados recientemente; que crearía plazas de aparcamiento en una zona crecientemente comercial, absorbiendo la eliminación de aparcamientos por peatonalización, garantizando la oferta durante muchos años; que crearía puestos de trabajo, pues sólo se barajaba la posibilidad de pago por uso, lo que demandaba una gestión municipal o concesión administrativa; que optimizaba el espacio al aprovechar el mismo solar para Paseo y parking.
Sin quitar razón a estos argumentos, estábamos quienes opinábamos que pesaban más los contrarios: el económico: el coste se elevaba a varios cientos de millones de pesetas que de algún sitio había que sacar (de los bolsillos de los ciudadanos) para no recuperar la inversión jamás, dadas las cifras de negocio que se pueden mover en Villacarrillo, la experiencia nos enseña que ya ha cerrado el de Alcalá la Real, población con más movimiento económico y costumbre de pago por uso, el de Cazorla con graves problemas, y algún otro en la misma linea, mucho dinero para tan alto riesgo; y un dato añadido, ya tenemos en la zona una oferta de zona azul, siempre más barata que un parking, que está lejos de saturarse; en Villacarrillo hay muy poca costumbre de pagar por usar, además de que el Ayuntamiento ya tiene abierto un parking bajo el Mercado que no se usa ni siquiera de forma gratuita; existe la posibilidad cierta de aparcar gratis en zonas cercanas, hablamos de sólo 100 metros, como Gustavo Adolfo Bécquer, Gómez de Llano, Mingo Priego o el mismo perímetro de Paseo; y un último argumento, el de la opinión pública: la obra requeriría dos años de ejecución y demoler el Paseo en su totalidad, lo que generaría una fuerte corriente desfavorable al proyecto, en mi opinión totalmente mayoritaria, y a la destrucción (aunque con reconstrucción) de un patrimonio histórico y emocional
Resumiendo, con el pueblo en contra, un coste económico muy alto y a fondo perdido, y la existencia de una oferta razonable de aparcamiento, se deshizo el equilibrio y se decidió abandonar el proyecto y poner la vista en otras prioridades municipales.
Aún así, sigue habiendo gente que opina que habría sido un proyecto necesario. Y están en su derecho.
sábado, 23 de mayo de 2009
Historias despreciables en Villacarrillo
Por distintas circunstancias me han llegado esta semana dos noticias que han hecho flaquear mi fe en el ser humano,y más concretamente en el ser humano de nuestro pueblo.
La primera: en Villacarrillo hay una población significativa de iberoamericanos, mayoritariamente mujeres, con trabajos de atención familiar que no llegan a cubrir los nativos de Villacarrillo. Sus circunstancias son muy similares y su afán consiste en enviar todo el dinero posible a sus familiares allende el océano (esto es como la emigración española a Alemania en los 60 y 70, por lo que suelen ser bien comprendidos). Como cualquier hijo de vecino tienen necesidad de adquirir vivienda, preferiblemente en su país, para lo que hacen lo mismo que nosotros, acudir a un préstamo. Y aquí viene lo sorprendente, los bancos ni siquiera en tiempos de bonanza se lo han puesto fácil, y me cuentan como casi el único banco que les presta dinero lo hace a un 21% de interés. Y están leyendo correctamente, un 21% de interés. Y nosotros que nos quejamos del 5, 6 u 8%. Con el agravante de que al principio casi todo son intereses y poca la amortización de capital, por lo que se eternizan pagando intereses que se los comen por los pies. Seguro que hay una explicación, pero por mucho que me lo expliquen seguiré pensado que ese interés, si no lo es, está cerca de la usura.
La segunda: la crisis está llegando de lleno a algunas familias de Villacarrillo, algunas de las cuales poseen viviendas adquiridas con un préstamo al que no pueden hacer frente. En esta circunstancia, en un caso que conozco, ha aparecido una persona, y me cuesta darle esta calificativo, que billetes en mano, viene ofreciendo 11 millones por un piso hipotecado en 15 millones. Esto es, la familia se queda con la hipoteca de 15 millones y recibe 11. Y parece ser que lo va a aceptar antes que perder el piso a manos del banco y ni siquiera poder alimentar a sus hijos. Ni que decir tiene que al comprador le sobran dinero y propiedades, y esto para él es una mota de polvo, pero es que lo lleva en la sangre. Hay muchos tipos de buitres, y este es uno de los más despreciables.
Ese banco del préstamo y ese especulador tienen nombre y son de Villacarrillo. Por eso hay días que uno renegaría de su gente y de su prójimo.
La primera: en Villacarrillo hay una población significativa de iberoamericanos, mayoritariamente mujeres, con trabajos de atención familiar que no llegan a cubrir los nativos de Villacarrillo. Sus circunstancias son muy similares y su afán consiste en enviar todo el dinero posible a sus familiares allende el océano (esto es como la emigración española a Alemania en los 60 y 70, por lo que suelen ser bien comprendidos). Como cualquier hijo de vecino tienen necesidad de adquirir vivienda, preferiblemente en su país, para lo que hacen lo mismo que nosotros, acudir a un préstamo. Y aquí viene lo sorprendente, los bancos ni siquiera en tiempos de bonanza se lo han puesto fácil, y me cuentan como casi el único banco que les presta dinero lo hace a un 21% de interés. Y están leyendo correctamente, un 21% de interés. Y nosotros que nos quejamos del 5, 6 u 8%. Con el agravante de que al principio casi todo son intereses y poca la amortización de capital, por lo que se eternizan pagando intereses que se los comen por los pies. Seguro que hay una explicación, pero por mucho que me lo expliquen seguiré pensado que ese interés, si no lo es, está cerca de la usura.
La segunda: la crisis está llegando de lleno a algunas familias de Villacarrillo, algunas de las cuales poseen viviendas adquiridas con un préstamo al que no pueden hacer frente. En esta circunstancia, en un caso que conozco, ha aparecido una persona, y me cuesta darle esta calificativo, que billetes en mano, viene ofreciendo 11 millones por un piso hipotecado en 15 millones. Esto es, la familia se queda con la hipoteca de 15 millones y recibe 11. Y parece ser que lo va a aceptar antes que perder el piso a manos del banco y ni siquiera poder alimentar a sus hijos. Ni que decir tiene que al comprador le sobran dinero y propiedades, y esto para él es una mota de polvo, pero es que lo lleva en la sangre. Hay muchos tipos de buitres, y este es uno de los más despreciables.
Ese banco del préstamo y ese especulador tienen nombre y son de Villacarrillo. Por eso hay días que uno renegaría de su gente y de su prójimo.
lunes, 18 de mayo de 2009
San Isidro 2009
Romería de 2009 con notable éxito de público, atribuible a la organización (enhorabuena), con una estrecha colaboración del Ayuntamiento y la bondad de la climatología y las temperaturas.
Omnipresente la situación del olivar. La concienciación sobre la mala situación del mercado de aceite está aterrizando en los agricultores con cierto retraso, explicable porque las liquidaciones corresponden a la campaña anterior y porque la cosecha, sin ser óptima, no ha sido mala; las consecuencias en toda su crudeza llegarán con las nuevas liquidaciones.
El problema: el precio del aceite por debajo del nivel de rentabilidad, una oferta atomizada frente a una demanda en manos de pocos y grandes grupos, sin contar que quedan sólo tres años de subvenciones aseguradas, y un mercado sin conquistar a pesar de todos los parabienes científicos sobre las cualidades del aceite.
Movimientos a todos los niveles: intentos de concentración de la oferta, demandas a las grandes superficies por ventas por debajo de coste, petición a la Comunidad Europea de activación de las primas por almacenamiento, aprobación por el Gobierno de la Ley del Olivar.
Y en todo esto me llamó la atención una pancarta de la romería en uno de los tractores que decía algo así: "San Isidro, haz con tu poder que el aceite suba otra vez". Para abordar el problema toda ayuda es bienvenida, pero creo que fue San Agustín quien dijo "Dios ayuda a quien se ayuda a sí mismo".
Muy bien todos los movimientos de administraciones, sindicatos y grupos, pero la pelota también está en el tejado de los agricultores. La campaña no acaba cuando se lleva el último tractor a la cooperativa, en ese momento empieza la verdadera campaña.
Decía el alcalde, en el discurso de la romería y con razón, que los agricultores hasta ahora han realizado un importante gasto en medios de producción, maquinaria, fitosanitarios y modernización, pero que es la hora de otro gasto, el de salida al mercado, el del marketing, el de ponerse a vender en un mercado competitivo y con reglas de economía libre. Es hora de invertir en comercialización y de no fiarlo todo a subvenciones o administraciones, esto es, que la solución venga de dentro sin esperar a que venga de fuera, que también habrá que exigirles lo suyo. Y para comercializar hay que poner dinero, hay que arriesgarse.
Y el mercado libre tiene sus reglas, la de la oferta y la demanda, restringir la oferta cuando el precio es bajo: almacenando, con o sin ayuda administrativa. Otra regla, para vender hay que convencer: promoción, expansión de mercados, marketing. El agricultor tienen que volverse vendedor, o en su defecto buscar a quien lo haga por él, y que lo haga bien. Y eso tiene un coste, pero o se juega con las reglas del mercado, y se sobrevive, o se perece a manos de las subvenciones y el intervencionismo.
Si los agricultores han demostrado capacidad para elevar el olivar a la primacía económica de la provincia, no tiene que arredrarles el reto que se plantea ante ellos.
Volviendo a la romería. Para la anhelada ermita mis mejores deseos de que llegué a buen puerto y la veamos en un corto plazo. El Ayuntamiento ya puso su grano de arena cediendo los terrenos y elaborando el proyecto.
Omnipresente la situación del olivar. La concienciación sobre la mala situación del mercado de aceite está aterrizando en los agricultores con cierto retraso, explicable porque las liquidaciones corresponden a la campaña anterior y porque la cosecha, sin ser óptima, no ha sido mala; las consecuencias en toda su crudeza llegarán con las nuevas liquidaciones.
El problema: el precio del aceite por debajo del nivel de rentabilidad, una oferta atomizada frente a una demanda en manos de pocos y grandes grupos, sin contar que quedan sólo tres años de subvenciones aseguradas, y un mercado sin conquistar a pesar de todos los parabienes científicos sobre las cualidades del aceite.
Movimientos a todos los niveles: intentos de concentración de la oferta, demandas a las grandes superficies por ventas por debajo de coste, petición a la Comunidad Europea de activación de las primas por almacenamiento, aprobación por el Gobierno de la Ley del Olivar.
Y en todo esto me llamó la atención una pancarta de la romería en uno de los tractores que decía algo así: "San Isidro, haz con tu poder que el aceite suba otra vez". Para abordar el problema toda ayuda es bienvenida, pero creo que fue San Agustín quien dijo "Dios ayuda a quien se ayuda a sí mismo".
Muy bien todos los movimientos de administraciones, sindicatos y grupos, pero la pelota también está en el tejado de los agricultores. La campaña no acaba cuando se lleva el último tractor a la cooperativa, en ese momento empieza la verdadera campaña.
Decía el alcalde, en el discurso de la romería y con razón, que los agricultores hasta ahora han realizado un importante gasto en medios de producción, maquinaria, fitosanitarios y modernización, pero que es la hora de otro gasto, el de salida al mercado, el del marketing, el de ponerse a vender en un mercado competitivo y con reglas de economía libre. Es hora de invertir en comercialización y de no fiarlo todo a subvenciones o administraciones, esto es, que la solución venga de dentro sin esperar a que venga de fuera, que también habrá que exigirles lo suyo. Y para comercializar hay que poner dinero, hay que arriesgarse.
Y el mercado libre tiene sus reglas, la de la oferta y la demanda, restringir la oferta cuando el precio es bajo: almacenando, con o sin ayuda administrativa. Otra regla, para vender hay que convencer: promoción, expansión de mercados, marketing. El agricultor tienen que volverse vendedor, o en su defecto buscar a quien lo haga por él, y que lo haga bien. Y eso tiene un coste, pero o se juega con las reglas del mercado, y se sobrevive, o se perece a manos de las subvenciones y el intervencionismo.
Si los agricultores han demostrado capacidad para elevar el olivar a la primacía económica de la provincia, no tiene que arredrarles el reto que se plantea ante ellos.
Volviendo a la romería. Para la anhelada ermita mis mejores deseos de que llegué a buen puerto y la veamos en un corto plazo. El Ayuntamiento ya puso su grano de arena cediendo los terrenos y elaborando el proyecto.
miércoles, 13 de mayo de 2009
Obra en el Paseo: la postal de Villacarrillo
La imagen de Villacarrillo hacia el exterior, esa que se graba en la retina y se asocia indisolublemente al nombre del pueblo, es sin duda la de nuestro Paseo. Centro de la vida social y de ocio, la de todos los días, los domingos, las fiestas y las ferias. Hasta ahora esa imagen era la del verde de sus árboles, el azul de su cielo y el rojo y blanco de su embaldosado.
Era un clamor popular que al Paseo se necesitaba darle una vuelta y un arreglo en condiciones, lo más grave el deterioro avanzado del suelo. La obra se está llevando a cabo en varias fases, de las que ya están prácticamente finalizadas las correspondientes al Parque, a falta de algún mobiliario urbano y el remate del quiosco de música. Un Parque acabado con gusto, que ha recobrado brillo y del cual el pueblo puede sentirse orgulloso.
Cuando se planteó la obra del Paseo, la duda era si mantener su aspecto actual o modificarlo sustancialmente. Al final hubo un amplio consenso en no alterar su idiosincrasia y en no realizar "experimentos". El objetivo es remozarlo conservando sus características principales, distribución de espacios, de ajardinamiento y de aspecto. Aunque, todo hay que decirlo, no faltaron las ideas de pérgolas centrales, integración de espacios y otras atrevidas sugerencias, que se fueron descartando. El Paseo va a tener un aspecto muy parecido al de siempre.
Como es normal el volumen de la obra obra va quedar enterrado, red de agua, saneamiento para aguas de lluvia, sistemas de riego, hormigón o mallazo que van a sustentar el elemento más importante de la obra, el enlosado con placas de hormigón de un metro cuadrado y un color muy peculiar, que puede apreciarse en el vídeo que acompaña a este artículo. Por lo demás se han redistribuido algunas palmeras, para permitir la supervivencia de todo el arbolado, nuevo ajardinamiento, conservación de la barbacana con actuaciones sobre los desperfectos de las raices de los árboles, nueva red de alumbrado anticontaminación lumínica con los mismos elementos actuales,eliminación de barreras arquitectónicas, y elementos de mobiliario urbano, los más significativos los nuevos bancos y papeleras, más algunos otros de ornamentación.
Pero como una imagen vale más que mil palabras, vamos a esperar el resultado, que a buen seguro provocará división de opiniones, como cualquier obra, pero que en mi opinión dará vida y prestancia a este centro neurálgico de Villacarrillo.
En cuanto a los plazos, el límite era tenerlo disponible para la feria, pero es altamente probable que nos ahorremos unas cuantas semanas. Una obra de esta trascendencia, que va a permanecer decenas de años bien merece hacer bien las cosas.
sábado, 9 de mayo de 2009
Contribución urbana: Impuestos directos versus impuestos indirectos
Hace un año que ha entrado en vigor las nuevas valoraciones catastrales en Villacarrillo. Un asunto que no ha decidido este Ayuntamiento, sino que viene marcado por ley, y es de obligado cumplimiento.
Las valoraciones ni siquiera las ha elaborado el Ayuntamiento, sino una empresa de ingeniería contratada por la Diputación Provincial a través del servicio catastral. Esa valoración se ha hecho en función de la propiedad: superficie, tipo de suelo (urbano, urbanizable,.....), localización, antigüedad, uso (comercial, vivienda, industrial, ...). Y se han actualizado los valores catastrales para acercarlos al precio de mercado. La depuración de errores ha sido lenta y costosa y aún persiste alguna incoherencia.
Las nuevas valoraciones hacen que los impuestos de bienes urbanos se incrementen según los casos en mayor o menor cuantía, lo que naturalmente ha producido reclamaciones. La transición entre el valor catastral antiguo y el nuevo se producirá progresivamente hasta completarse en 10 años.
Esto saca a colación un viejo debate sobre si financiar los servicios públicos con impuestos directos o indirectos. Básicamente un impuesto indirecto grava el consumo (los impuestos de la gasolina) donde todos pagamos igual por lo mismo (igual por el mismo litro de gasolina) y que pagamos a tocateja cuando adquirimos un producto; y el impuesto directo que grava la riqueza (la contribución urbana grava las propiedades inmobiliarias) que se abona sin consumir nada, lo que nunca deja de fastidiar, y progresivamente más cuanto más se tiene.
La diferencia no es baladí y tiene un trasfondo político e ideológico trascendente, los partidos conservadores apoyan los impuestos al consumo y los progresistas a la riqueza. Así el PP cuando el aboga por una bajada de impuestos, se refiere a los impuestos directos (I.R.P.F.), es decir rebajar los que son proporcionales a la riqueza para recaudar más con los indirectos, es decir, que paguen todos igual.
Yo, como socialdemócrata, no tengo duda de que lo justo es que pague más quien más tiene y que por tanto el peso entre impuestos directos e indirectos hay que descargarlo sobre los primeros. Los servicios públicos, las infraestructuras, la sanidad, la educación o las prestaciones sociales tienen que estar garantizados con ingresos suficientes.
Así con la contribución urbana cobra sentido que quien más propiedades (riqueza) tenga aporte más al erario público. Con los valores catastrales antiguos rasados a la baja la contribución de una pequeña casa era cercana a la de una mansión de 500 metros. Los nuevos valores catastrales dan a cada propiedad su valor y se aporta progresivamente en función de la riqueza.
Lo que no quita para que nos siga fastidiando cada vez que hay que pagar.
Las valoraciones ni siquiera las ha elaborado el Ayuntamiento, sino una empresa de ingeniería contratada por la Diputación Provincial a través del servicio catastral. Esa valoración se ha hecho en función de la propiedad: superficie, tipo de suelo (urbano, urbanizable,.....), localización, antigüedad, uso (comercial, vivienda, industrial, ...). Y se han actualizado los valores catastrales para acercarlos al precio de mercado. La depuración de errores ha sido lenta y costosa y aún persiste alguna incoherencia.
Las nuevas valoraciones hacen que los impuestos de bienes urbanos se incrementen según los casos en mayor o menor cuantía, lo que naturalmente ha producido reclamaciones. La transición entre el valor catastral antiguo y el nuevo se producirá progresivamente hasta completarse en 10 años.
Esto saca a colación un viejo debate sobre si financiar los servicios públicos con impuestos directos o indirectos. Básicamente un impuesto indirecto grava el consumo (los impuestos de la gasolina) donde todos pagamos igual por lo mismo (igual por el mismo litro de gasolina) y que pagamos a tocateja cuando adquirimos un producto; y el impuesto directo que grava la riqueza (la contribución urbana grava las propiedades inmobiliarias) que se abona sin consumir nada, lo que nunca deja de fastidiar, y progresivamente más cuanto más se tiene.
La diferencia no es baladí y tiene un trasfondo político e ideológico trascendente, los partidos conservadores apoyan los impuestos al consumo y los progresistas a la riqueza. Así el PP cuando el aboga por una bajada de impuestos, se refiere a los impuestos directos (I.R.P.F.), es decir rebajar los que son proporcionales a la riqueza para recaudar más con los indirectos, es decir, que paguen todos igual.
Yo, como socialdemócrata, no tengo duda de que lo justo es que pague más quien más tiene y que por tanto el peso entre impuestos directos e indirectos hay que descargarlo sobre los primeros. Los servicios públicos, las infraestructuras, la sanidad, la educación o las prestaciones sociales tienen que estar garantizados con ingresos suficientes.
Así con la contribución urbana cobra sentido que quien más propiedades (riqueza) tenga aporte más al erario público. Con los valores catastrales antiguos rasados a la baja la contribución de una pequeña casa era cercana a la de una mansión de 500 metros. Los nuevos valores catastrales dan a cada propiedad su valor y se aporta progresivamente en función de la riqueza.
Lo que no quita para que nos siga fastidiando cada vez que hay que pagar.
miércoles, 6 de mayo de 2009
Obras en la Plaza de Toros
Desde hace semanas el Ayuntamiento realiza obras en la plaza de toros.
De nunca he sido partidario de invertir cantidades importantes en infraestructuras que se usan unos pocos días al año. Pero tengo que reconocer que si bien las corridas de toros tienen un público limitado, a pesar de lo cual vienen siendo tradicionalmente subvencionadas desde tiempos inmemoriales, y según mi criterio no se debe ir más allá, sino más bien al contrario, también es cierto que el espectáculo más popular de Villacarrillo muy por delante de todos los demás, incluidos los religiosos, son los encierros de la ferias de septiembre.
Para este espectáculo la plaza de toros, que ya tiene algo más de 50 años, se ha ido deteriorando a pesar de las sucesivas ampliaciones y reformas, la última la construcción de nuevos corrales. Ese deterioro adquiere relevancia cuando afecta a elementos de seguridad, básicamente el ruedo, que es donde se está actuando.
La obra consiste en la construcción de un drenaje completo, que evite los problemas de encharcamiento que amenazaban el cierre de la plaza, la construcción de nuevas barreras y contrabarreras, sacar la piedra y reforzar las paredes del coso y algunas otras obras menores.
Esta es una de las obras financiadas al 100% por el Gobierno, dentro del Plan E y destinadas a los ayuntamientos para la creación de empleo y el sostenimiento de las empresas de construcción. La obra la ejecuta por contrata una empresa local.
Y se tiene una ventaja adicional. En las condiciones en que va a quedar puede tener un uso más polivalente que rentabilice la inversión.
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