domingo, 13 de febrero de 2011

PAC: otro reparto de la tarta

Metafóricamente estamos como en la foto, en un cruce de caminos donde hay que decidir el rumbo del sector.

La Ley del Olivar saldrá adelante, previsiblemente este curso político, y ni que decir tiene que su repercusión sobe Villacarrillo va a ser determinante para nuestro futuro.
 
El consenso sobre su contenido parece lejano a tenor de las posiciones del PP y Asaja, que rechazan el reparto asimétrico y el reequilibrio de las ayudas comunitarias, propuesta del PSOE y de la Junta de Andalucía para garantizar la cohesión territorial y el mantenimiento de la renta.

Las subvenciones de la UE suponen el 40% de las rentas de los olivareros, por lo que esta cuestión no es, en absoluto, baladí. En Jaén 100.000 agricultores reciben un 35% de los 1.035 millones al olivar en el pago único. Eso si, unos 6.000 de ellos se repartió la mitad de las ayudas. En mi opinión una injusta desproporción que la ley debe corregir.

Previamente habrá que comprobar como queda en Bruselas la redacción final de la reforma de la PAC (Política Agraria Común), y si como indica el avance, se establece el final de los derechos históricos y la adopción de una cantidad fija y otra vinculada al empleo y al medio ambiente. Y habrá que ver si se mantiene el apoyo financiero actual para Andalucía, haciendo valer que representa el 40% de la producción mundial de aceite; punto de partida para que la ley andaluza acometa el reequilibrio de las ayudas. Bruselas no impide que las ayudas se repartan con criterios propios dentro de cada comunidad autónoma, por lo que es plenamente legítima una redistribución en función de objetivos locales, que deben ,sobre todo, el empleo.

Las posturas sindicales están muy distanciadas entre sí, pues sin Asaja afirma que ea lay es innecesaria y vacía, UPA opina lo contrario y que Asaja se posiciona con esos 6.000 olivareros que más ayudas reciben.
Una novedad, técnicamente complicada, es el contrato territorial. Se trata de acuerdo que pueden suscribir zonas productoras o explotaciones individuales con la Administraciones. En los contratos quedarán definidos los compromisos para mejorar la producción, la sostenibilidad o la vertiente social de la zona, con la contrapartida económica que recibirán en cada caso.

Si que hay consenso en considerar la necesidad de un impulso a la competitividad, con la modernización de las explotaciones, la apuesta y fomento del riego, el aprovechamiento energético de residuos, programas de innovación, nuevas tecnologías, etcétera. Como lo hay en la sostenibilidad, con el respaldo de la diversificación, a las zonas con desventajas naturales, y la producción ecológica y el uso eficiente de los recursos hídricos.

Fuera de tópicos como el de "tenemos el mejor aceite, pero no sabemos venderlo", hay que actuar, por que con lamentos no despejamos el futuro.  Los productores no pueden seguir pidiendo que les resuelvan los problemas desde fuera.  La concentración de la oferta, el fomento de la calidad y la promoción deben tener estrategias claras y concretas. Y ello supone cambio de mentalidad e inversión por parte de los productores, talones de aquiles que hasta ahora han ofrecido una fuerte resistencia a cualquier avance.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Quien tiene que invertir es el Estado que bastante se lleva de lo que producimos.

Anónimo dijo...

Ya es hora de que nos demos cuenta que la subvencion no es una prestancion europea para comprarnos un BMW o un apartamento en roquetas de mar, ese dienro debe ser reinvertido en nuestra explotacion es la unica forma de intentar salir a delante

semomar dijo...

Queridos paisanos, yo no puedo decidir porque no
poseo olivos, pero si que puedo opinar por los años
que tengo,y conocer el campo, no mucho, pero lo
suficiente para marcar carácter,las miserias de las
aguas de las fuentes, he sufrido el dolor de la
emigración de mi pueblo, al que llegué a amar y
odiar al mismo tiempo, por cerrarme por tres veces
las ansias y el deseo, de querer que cambiara mi
vida y la vuestra en pos de comercializar, el manjar
que producíais con el esfuerzo físico y doloroso,
todos los agricultores que trabajáis los olivos, yo
era joven pero con una mentalidad de mayor.
Hay que ver como os habéis,reciclado en los avances tecnológicos del cultivo del olivar, porque
el árbol sigue siendo el mismo, como habéis
desertado de la azada, aquella herramienta que
dignificaba y embrutecía,mas si cabe, al que la
empuñaba,que transición a la actualidad en estos
menesteres, yo que me alegro pero, en lo que no
habéis cambiado absolutamente nada, es en la desconfianza entre vosotros mismos, los miedos a
lo nuevo y al que dirán, son los tres pecados capitales, que os queda por abandonar de vuestro
carácter, creo que debéis de recapacitar en ser los
mayores productores de aceite y luego, dejar que otros de diferentes países se lucren, por vuestro
abandono total de la responsabilidad de la
comercialización, de vuestro producto, que esa
parte de riqueza quedase también para vosotros,
en aras de dar mas posibilidades de trabajo en el
pueblo, que como dice nuestro querido paisano,
José Mº R.T. (que esta utopia sea realidad).
PERO HAY ALGO QUE NO LO HABIA ANTES:
LIBERTAD, TRABAJO Y DEMOCRACIA,
Y AUNQUE AÚN NO SE NADE EN ABUNDANCIA
YA NO DARÁ MI PUEBLO EMIGRANTES.
Tenéis líderes bien preparados, para que inicien
la marcha de la comercialización de vuestro
producto, lo ha mamado desde pequeño, aunque se
que es una putada( ya me perdonarás tocayo) pero
esta en este blog.
Se le conoce mundialmente por su incansable
trabajo de amor a su pueblo y a su gente y de dar
la cara, siempre a ido por derecho, no dejéis escapar
este tren que lo tenéis y no lo sabéis valorar,antes
de que otros lo hagan.
Suerte para todos y saludos cordiales. semomar

J.M.R.T. dijo...

Querido amigo Semomar: Gran parte de razón llevas en tu comentario; ni tú ni yo tenemos siquiera una rama de un olivo, pero nos duele el alma por lo que está pasando en nuestra hermosa tierra.
La cruel emigración nos alejó de nuestro pueblo y ese alejamiento nos ha llevado a amarlo más que nadie y nos obliga a no cejar en denunciar lo que consideramos nefasto para los intereses de lo nuestro.
Pero no toda la culpa llegó de fuera, la tienen quienes no se preocuparon de instalar y abrir Centros Tecnológicos para investigar sobre el árbol, la tierra y el cultivo del olivar.
La tienen quienes dejaron que el agua de casi 40 ríos se fuera a la mar cuando el campo padecía tremendas sequías.
La tienen quienes permitieron que llegaran, y se instalaran, empresas extranjeras, haciéndose con una parte importante del aceite y lo comercializaran, llevándose los beneficios a sus países.
La tienen quienes no supieron, o no quisieron, hacer la propaganda necesaria en el exterior del más beneficioso producto para la salud, como es nuestro aceite.
La tienen quienes cambiaban cada año de amancebada y, sin dar golpe, recogían lo suficiente para sus francachelas. Y los pelotilleros que les lamían el culo por un mendrugo de pan; y la apatía, la indolencia y el encogimiento de hombros de una mayoría silenciosa.
Y la tienen quienes coadyuvaron a que casi cinco mil campiñeses tuviéramos que emigrar para no morir de hambre.
Entre todos la mataron y ella sola se murió.
Te dedico el soneto que va a continuación.

J-M-R-T. dijo...

LA PESADUMBRE.

Ya no se va de mí la pesadumbre
ni la pena de ser un emigrante.
Pero esta situación, tan denigrante,
conlleva para mí la certidumbre

de que estoy olvidando la costumbre
que me hizo en un tiempo ser amante
de aquel pueblo de tan bello semblante,
que tiene su aposento en una cumbre.

Ya no recuerdo bien la hermosa loma,
ni aquellos valles por donde el olivo
va y se abraza a los pinos de Las Villas.

!Qué pena no volar como paloma
y regresar a ti, sin ser cautivo
de las añoranzas y pesadillas!

Anónimo dijo...

El aceite por los suelos y las rentas de los agricultores cada dia mas bajas. Es justo que se nos devuelva parte de lo que hemos aportado con nuestros impuestos y se subvencione el kilo de aceituna y ademas qeu tambien lo haga España o Andalucia que muchisimos puestos de trabajo dependen de la aceituna. Y si si va al traste la aceituna se va todo el pueblo.