miércoles, 31 de diciembre de 2008

José Angel Tortosa Granados

Para acabar el año un "post" emocionado que se suma al blog del paisano "Halatriste" (con foto robada de la página de la Agrupación Cristóbal Marín) en memoria de José Ángel, a poco más de un mes de su muerte. Como escribió el poeta Miguel Hernández:

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

La muerte le llegó sin aviso, sin piedad, sin misericordia. Coincidí con José Ángel en casi todas de las muchas pasiones que lo movieron a lo largo de su vida, fuera de la más grande, que fue su familia. En un primer momento mi profesor en el instituto de Villacarrillo, donde luego seriamos compañeros; en la Cruz Roja, de la que fue presidente local durante muchos años, colaborando en los repartos anuales de alimentos; en el Partido Socialista, ideas que defendió con convicción, siendo el militante al que acudíamos en busca de sosiego en las refriegas internas, ocupó cargos en el partido y fue teniente de alcalde en el Ayuntamiento, donde forjó grandes amistades en periodos difíciles; como presidente de la Agrupación Musical Cristóbal Marín, cuando como concejal de cultura me tocó colaborar con la misma; al igual que como componente destacado de la Asociación de Amigos de la Historia de Villacarrillo en el mismo sentido. También tuvo una participación activa y destacada en la Cofradía del Caído. Y por último como buen amigo de mi familia, a la que siempre distinguió con su trato.

Aun con el recuerdo dulce, casi ninguna de estas actividades fue un camino de rosas, pues como en todas las facetas de la vida humana estuvo presente el conflicto y el desánimo, del que más de una vez fui testigo. Pero mantuvo la dignidad y la coherencia, y vivió intensamente cada uno de sus días.

Muchas cosas hizo en la vida, pero yo le considero una como especial: siendo concejal del Ayuntamiento tuvo el enorme acierto de adquirir para el pueblo de Villacarrillo, la que llamaban casa de los gordos, hoy Biblioteca Municipal, y buque insignia de la cultura en Villacarrillo. Aquello le supuso ser vilipendiado políticamente en una injustísima campaña de desprestigio que le hizo pasar algunos de los peores momentos de su vida. El tiempo ha puesto las cosas en su sitio y su legado le pervive.

La enfermedad y la muerte le robó por unos días una esperada jubilación, y descubro un pequeño secreto: tan orgulloso estaba de la biblioteca, que para esa jubilación teníamos hablado su participación como voluntario diario con responsabilidades en la misma.

Como decía Machado, fue en el buen sentido de la palabra "bueno". La despedida con los mismos versos de la Elegía de Miguel Hernández:

A las aladas almas de las rosas,
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Solamente adherirme a todo lo señalado sobre esta gran persona y gran amigo que nos dejó tan de repente.Tuve la suerte de ser su vecino durante 16 años y pude apreciar todos sus valores y no podría enumerarlos porque me quedaría corto.Animo a su familia y a él donde esté un beso.Gracias Jose Angel por todo lo enseñado.

Anónimo dijo...

Sinceramente, me ha emocionado lo que has escrito. No tenía ni idea de que había muerto, y aunque hace mucho que estoy fuera de Villacarrillo, aun recuerdo cuando fue profesor mio. He sentido una gran pena y una enorme tristeza. Una persona entrañable a la que recordaré siempre.

Halatriste dijo...

La verdad es que fue una persona a la que le debemos muchísimo, no sólo en nuestra localidad, sino en la comarca. Creo que habrá pocas personas que hayan estudiado el bachillerato en esta región que no lo hayan conocido, y que puedan decir algo malo de él. Sólo por eso ya se honrará siempre su memoria.

Pido desde aquí que se hicicera algún tìpo de homenaje por parte del Ayuntamiento, por ejemplo honrarle con algún evento, edificio público o calle con su nombre. Creo que tendría la aprobación unánime tanto de todos los partidos como de los ciudadanos.

Anónimo dijo...

Secundo la idea de Halatriste, qué menos para una persona que se volcó en cooperar en todos los ámbitos del pueblo, a nivel cultural,politico,docente,religioso,etc.Aunque sea póstumo se merece un homenaje que apoyarían todos los villacarrillenses

Halatriste dijo...

Toma nota de la idea Sebastián. Sé que harás todo lo que sea posible y esté en tu mano

Anónimo dijo...

Me sumo a la idea de poner su nombre a algún lugar del pueblo. Jose Ángel fue una persona excepcional a la nunca olvidaré que dio por su Villacarrillo mucho más de lo que obtuvo de él, a pesar de que Jose Ángel, en la humildad que siempre lo caracterizó, no habría estado de acuerdo con esta afirmación.

Anónimo dijo...

Me sumo yo también a esta iniciativa, que espero que se lleve a cabo, ya que existen calles en este pueblo con nombres de personas que han dedicado menos al mismo.
Jose Angel ha sido un referente en cuanto a su edicación a todo lo que acometía, y sobre todo su dedicación absoluta a su familia y a su mujer, con la que siempre lo veias por todos sitios; matrimonio ejemplar donde los haya.
Jose Angel, donde te encuentres ,que se que nos ves, quiero decirte que nunca te olvidaré, que has dejado una huella imborrable en muchos de nosotros. Serás ejemplo para muchos por tu dedicación a todo y tu gran capacidad de trabajo, siempre desinteresada.
Hasta Siempre.

Anónimo dijo...

No podía dejar pasar la oportunidad de agradecerte el que hayas hecho realidad la propuesta de un homenaje a José Ángel. Has hecho una buena obra a la que se han sumado las personas con las que compartió toda clase de actividades. Personalmente me emocioné aquel día de noviembre, aniversario de su muerte. Un acto de lo más acertado y emotivo.
Donde quiera que esté, se sentrá orgulloso de sus amigos.

semomar dijo...

Lamento haber llegado tan tarde al reconocimiento
de la persona con la imagen, que yo tenia de José
Angel Tortosa Granados, solo tenia el recuerdo de
cuando era un niño, unos pocos años menos que
yo, la imagen que guardo de el es la de una foto,
muy conocida de una semana santa, creo de 1960
en que se destacaban los soldados romanos, en
primer plano bajando la cuesta, de la salida de la
procesión por la puerta de umbría, y se tiró la foto
desde la puerta del postigo de Millan donde se
puede apreciar una de las puertas del antiguo
mercado de abastos, a esa altura estaba situado
José Angel, cogiendo de la mano a su hermana mas
pequeña que el, vestida de nazareno, con la
cabeza descubierta, en esa época se le veía por la puerta del molino de trigo y fábrica de pan de Puertas, en la que trabajaba su padre Pedro, creo si no me equivoco en la oficina,yo pasaba muchísimas veces por delante de esa puerta y lo veía jugando por allí muy a menudo, era un crío muy simpático, alegre y dicharachero, digo esto, porque cuando yo subía de la fuente los Caños, cargado con el cántaro de agua al hombro, era mi primer descanso, me lo descargaba, y el se venia a hablar conmigo, se nos
iba el tiempo sin darnos cuenta hablando, hasta
que lo llamaba su padre para ir a comer.
Yo marché del pueblo en el 1964, perdí el contacto
con el desde entonces, a finales de agosto del 2007
vine al pueblo con mi familia, para un encuentro
familiar, por esos días en la Plaza de Juan XXIII se
dio un concierto con la banda de música, mi hijo
con el video gravo algo del mismo, y el tocaba y no
lo reconocí, hasta este año del 2010,que hablando
con un amigo mío y también lo fue de el, que formaba parte de un grupo de música ligera, que
José Angel era el batería del mismo,fue el que me
lo confirmó lo de su fallecimiento, al cotejar fotos
de nuestra juventud, para mi fue un golpe muy duro,
porque últimamente estoy intentando hacer un acopio de fotografías, para recuperar mi memoria
histórica personal, de toda la gente que conocí de mis 17 años que viví en Villacarrillo.
Con José Angel, ya he llegado tarde para poder
tener una larga charla, de como nos fue por la vida
a ambos, espero que en este año venidero del
2011,pueda conocer a su viuda e hijos, cotejaremos fotos,y le entregaré la que ellos no tengan de el, las que estoy intentando agrupar en el ordenador de todas las que de forma altruista llegan a mis manos.
Desde aquí, aunque muy tarde me uno al dolor de su familia, de un amigo que lo fue de su niñez.
Sebastián Moya Martínez.