lunes, 28 de marzo de 2011

Nuestro patrimonio arquitectónico protegido




Siempre he pensado, incluso antes de entrar en el ayuntamiento como concejal, que el patrimonio arquitectónico de Villacarrillo no es sólo de los propietarios de los edificios, sino de una colectividad en cuya historia se enmarca.

Todos hemos comentado con pesar los muchos ejemplos de su destrucción, pero creo que hay tres casos sangrantes del expolio arquitectónico contemporáneo. Y no son otros que el destrozo del conjunto de la plaza de la Iglesia que supuso un bloque de 3 plantas en su margen izquierda, parejo destrozo en la calle de la Feria con un edifico similar (frente a la farmacia) y uno más pequeño, pero no menos dañino, en la fachada de la droguería de Cencerra junto a unos escudos heráldicos de precioso porte.

Sobre lo triste de la situación hay acuerdo unánime, pero con buenas intenciones no se frenan esas actuaciones. Como concejal de urbanismo me corroía la impunidad con la que se podían seguir cometiendo esos desmanes y la impotencia legal del Ayuntamiento para evitarlo. El equipo de gobierno que me precedió en 1995 elaboró una relación de edificios protegidos, pero pronto comprobé que una mera relación no tenía capacidad normativa ni coercitiva para detener la destrucción de más patrimonio.

Pero de todo se aprende, y consciente de que la redacción del nuevo Plan General de Ordenación Urbanística de Villacarrillo (P.G.O.U.) iba a tardar algunos años debido a su complejidad decidimos avanzar un catálogo de edificios protegidos, con una normativa legal suficiente para que fuese de obligado cumplimiento.

Aquel primer catálogo contenía más de 300 fichas, entre edificios, cortijos y yacimientos arqueológicos. Su redacción final tuvo que esperar a la siguiente legislatura, pues incluso en mi propio grupo político surgieron discrepancias. Muchos de esos edificios eran pequeñas casas tradicionales que al final decidimos sacar del catálogo, conscientes de que no hacerlo supondría para los dueños, familias modestas, una excesiva penalización y de que para ser efectivo debía contener los edificios más emblemáticos, con lo que al final quedó en algo menos de la mitad.   

Así Villacarrillo se ha dotado de un "Catálogo de Edificios de Interés Urbanístico", aprobado con gran consenso político, organizado en tres bloques de protección, de mayor a menor : el "A" donde se encuentran por ejemplo la Iglesia o la Casa de la Cultura, el "B" donde estarían bastantes edificios de la calle La Feria, y el "C" donde se encuentran algunos de Ministro Benavides. Cada uno con su ficha de intervención, donde se especifica las posibilidades de actuación y obra. Se puede visitar en este enlace de la página web del Ayuntamiento:  CATÁLOGO

Hasta aquí todos dirán que estupendo, que ya era hora que Villacarrillo actuase para proteger su historia y legarla al futuro, pero una cosa es ese reconocimiento público y otra el propietario privado de uno de estos edificios que viene hasta el Ayuntamiento porque entiende que se le penaliza en su propiedad. Y a ese tengo que recibirlo y convencerlo yo. Y créanme que resulta muy complicado y desagradable.

Sea como sea, gracias a esta normativa ya se han salvado edificios significados de nuestro pueblo, como el antiguo "Banesto", frente al mercado de abastos, la "Cruz Roja" o el edificio del "Bar Expres", en Ministro Benavides, de lo que hasta sus propietarios se han alegrado, y que de otra forma se habrían perdido irremisiblemente.

4 comentarios:

Juan Carlos Segura dijo...

Llevas razón en una cosa, nos encanta criticar las cosas en los bares y poner a parir lo divino y lo humano, pero lo que es actuar, en este pueblo no se nos da demasiado bien.
Esa protección de edificios históricos me parece más que bien, me parece imprescindible, y estoy orgulloso de que no sea sólo un comentario de bar, sino que alguien halla tenido la valentía de llevarla a cabo.
Seguro que te has llevado algunos disgustos serios, pero tienes mi reconocimiento como villacarrillense y creo que el de la mayoría de tu pueblo.

Anónimo dijo...

Soy un poco mayor y recuerdo un crimen urbano que se cometió cuando desapareció el arco bajo de la plaza de los Caños, acompañado por un edificio de 5 plantas qeu dinamitaron una bellísima estampa de Villacarrillo.
Nunca más. Seguid así.

Josedelatv dijo...

Cuando he leído esta nueva entrada, mi mente se me ha ido directamente a recordar la sorpresa y disgusto que me produjo comprobar, como la falta de sensibilidad y posiblemente la claudicación a los intereses privados, llevaron a ejecutar, como dice el anónimo anterior, el crimen contra el Camarín del Cristo y edificio colindante.
No entiendo como, el Pueblo, no salió en su defensa para evitar la destrucción de este lugar emblemático y de Culto.
Por otro lado, Sebastián, me ha extrañado enormemente que en tu relato de las tropelías realizadas, no hayas puesto como ejemplo aquella aberración

Anónimo dijo...

Para destrucción masiva la de la manzana de los Pellones, actual calle San Rafael desde Caja Jaen hasta MAs y MAs.
Que pena que se hayan perdido los mas bellos rincones de Villacarrillo.
Me alegro enormente de que se la haya puesto coto, pues es verdad que desde hace tiempo no hay destrucciones escandalosas.
Animo a que conteis otras tropelias y podamos recordar lo que Villacarrillo en los primeros tres cuartos del siglo pasado.