Escuchaba el otro día en nuestra radio, en el programa de comentarios desenfadados, la frase tan habitual en estos días de que "se ha cerrado el grifo de los créditos". Muchos son los que dependen, dependemos, de un crédito para el piso, el coche, la empresa, el ayuntamiento, o la carrera de los hijos. Por eso me ha interesado la opinión esclarecedora expresada por los economistas José Juan Ruiz y Joaquín Estefanía.
Las encuesta de la Cámara de Comercio dice que las pymes han visto recortadas (17%) o endurecidas (76%) las solicitudes de financiación. La del BCE dice que la mitad de los bancos fue más rígida con los particulares y dos de cada tres con las pymes.
Del otro lado escuchamos al presidente del Santander, Emilio Botín, que los créditos sólo se han reducido con la demanda, o al presidente de la patronal bancaria, Miguel Martín, que la banca no ha perjudicado a la economía y provocado la crisis, si no al revés. Palabras realmente difíciles de asumir.
En éstas la posición del Gobierno es complicada: convencer a los ciudadanos de que las ayudas a los bancos, en forma de préstamos (que no de dinero a fondo perdido), van a evitar males mayores como la caída del sistema financiero, que acabaría arrastrando irremisiblemente a todo el país, y del otro lado convencer a los bancos de abrir el grifo de los préstamos, más necesarios que nunca cuando se acumulan las dificultades, puesto que en épocas de bonanza ya han acumulado importantes beneficios.
El origen de la restricción de los créditos es un problema global, pues ese dinero había llegado, por la insuficiencia del ahorro nacional, desde el mercado internacional, que tras la crisis de las famosas hipotecas subprime de 2007 se ha cerrado por completo, y los bancos deben devolver a distintos plazos el dinero obtenido en estos mercados.
La razón por la que la ayuda pública, en algunos países de un volumen descomunal, no ha llegado a los particulares y las pymes tanto en España y en Europa como en Estados Unidos, es que los Gobiernos no las han condicionado a que así sea. Los bancos han utilizado el dinero para sanear sus balances y centrarse en inversiones de bajo riesgo. Las familias y las empresas de baja solvencia se han quedado fuera. Toda una lección para aprender de cara al futuro inmediato, como ya se está demostrando en el nuevo plan estadounidense de Obama para reactivar la economía.
Al respecto de este tema he escuchado esta mañana al secretario General de la UGT, Cándido Méndez, una reflexión juiciosa y justa: los bancos que durante tanto tiempo han obtenido beneficios de la sociedad y la economía españoles, deben compensarlo en épocas de dificultad.
3 comentarios:
El gran problema de la burbuja inmobiliaria que ha explotado, bueno qu eles ha explotado a algunos especuladores y a muchos avariciosos, tenia que pasar tarde o temprano. Los pobres desgraciados que no tenian 25 millones para un piso se jodian o se endeudaban para toda la vida para que unos insaciables engordasen mas sus cuentas corrientes y los balances de sus bancos. Y ahora vienen pidiendo arnica. O sea cuando hay beneficios para mi y cuando hay perdidas a socilizarlas. Confieso que me alegro de la caida de muchos de estos sinverguenzas y chupopteros, aunque la que han liado se va a llevar por delante a cuatro (millones se entiende) desgraciados.
Sebastián, yo no soy economista. Pero creo que, como Licenciado en Administración y Dirección de empresas, además de en Derecho, y Gerente de Pymes hasta hace poco en un banco nacional, puedo aportarte alguna idea para completar tu análisis inicial.
El origen de la crisis que tenemos en España está en la caída de los dos pilares que sustentaban el crecimiento del PIB de nuestro país desde finales de la década pasada: El consumo vía endeudamiento familiar y la construcción.
Después de bastantes años con este modelo, que se usó para salir de la crisis del 92 - 95, ha llegado un momento en que la demanda de segunda vivienda o de vivienda con finalidad meramente especulativa no ha sido tan alta y que, además, tanto familias como empresas han pedido otros créditos para afrontar los créditos que, a su vez habían suscrito antes o que, simplemente, necesitan para afrontar los gastos diarios, créditos que en una gran mayoría no les han sido concedidos por las entidades de crédito. Esto, unido al acicate principal, que ha sido la crisis de confianza en la situación económica, procedente de los EEUU, provocó una caída de la bolsa en el mes de noviembre y precipitó la situación de crisis en la que ahora nos encontramos.
Como gerente de pymes, cuando elevaba una operación de activo (préstamos, créditos,...),el órgano superior me denegaba automáticamente la mayoría de ellas, aunque fuera mi voluntad que éstas salieran adelante, porque hoy en día hay un problema de solvencia. Y eso es lo que decía Emilio Botín: "Los bancos no necesitan liquidez, los bancos, para conceder créditos, necesitan asegurarse de la solvencia de las familias/empresas para poder responder de los mismos porque de lo contrario se empiezan a generar pérdidas". El análisis de Botín es exagerado y sesgado, parte de la visión capitalista de la economía buscando maximizar el beneficio y se olvida de la necesaria "responsabilidad social corporativa", pero también es cierto que no le falta razón cuando señala que el problema de la economía española se llama "solvencia" o capacidad para afrontar los pagos.
Has hecho mención a las consecuencias que las hipotecas subprime han tenido en España. En mi opinión, la crisis española la ha acelerado la situación americana, pero no por ese tipo de hipotecas, sino por la crisis de confianza que ha empapado el mundo motivada por la situación de ese país. Además, déjame recordarte que en España no ha habido entidades financieras que se hayan dedicado a comprar activos de alto riesgo a otras, ni ninguna entidad española ha quebrado.
En relación a los avales y a la inyección de liquidez que da el Gobierno a los bancos sin contraprestación, no creo que sea una medida acertada. Los bancos no van a conceder créditos, porque las familias no pueden garantizar su solvencia. Ese mismo dinero debería haber ido a las familias, en ayudas o exenciones, para que se garantizara su solvencia y pudieran presentar un buen balance al banco que permitiera la aprobación de la operación por el organismo superior.
Sin más, termino mi análisis, esperando haber aportado algo a tu ya completo análisis. Saludos.
Antonio Torres
Pues yo creo que todo el dinero que le están dando a los bancos tendrían que dárselo a las familias. No se a cuanto tocariamos, pero ese dinero sacaría a las familias de apuros y moveria el mercado y las compras de todo tipo lo que sería beneficioso para las empresas.
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